domingo, marzo 25, 2007


San Pablo de la Cruz, gran místico y predicador de misiones populares, renovó en su momento el esquema de las mismas. Durante mucho tiempo la predicación de estas misiones ponía énfasis en el misterio del juicio, del infierno (los novísimos). Pablo de la Cruz incorporó a este esquema la predicación sobre la pasión y cruz de Jesucristo. ¿Su razón? "Sólo la pasión convierte". Sólo la experiencia del amor que no juzga, sino que se entrega hasta el extremo del perdón.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Sólo la pasión convierte ¡Qué bonito para reflexionar! Sólo el amor que no juzga es el verdadero porque en él no hay interés.
Muchos cariños, Eduardo!
Que termines bien este domingo de Ramos.

Guido Borella dijo...

Edu,
me costó ponerme al día con el blog.
tengo que confesar que hace rato que no chapoteaba por estas aguas.
gracias por todo, hermano!
y no dejes de escribir!

Marina dijo...

Un abrazo en estos días tan intensos, a vos y a tu comunidad, que pases la Pascua que El quiera para vos.

Hernán dijo...

Lástima que los hijos de San Pablo de la Cruz, los pasionistas, al menos en Buenos Aires se hayan olvidado de ser Iglesia y hayan errado el camino de la comunión universal en pos de reivindicaciones politicas sectoriales. Sus misas en la parroquia de la Santa Cruz no respetan en lo mas mínimo las recomendaciones liturgicas al punto de que ni se leen las lecturas y su afán de participacion social, lo cual podría ser admirable, está teñido de aires de populismo simplón y de espíritu de desobediencia.
Una pena enorme, se transformaron en una secta.

Marina dijo...

Hernán, qué casual coincidir con tu comentario: por diversas circunstancias, me tocó ir durante algunos años a misa allí, ocasionalmente, y es tal cual. Era increíble, por momentos no sabía si estaba en una Celebración de la Palabra guiada por un ministro un poco heterodoxo,o en una misa donde faltaban partes,o en una ceremonia religiosa cristiana pero no católica,o en una asamblea revolucionaria para pedir la bendición de los combatientes en nombre de Dios... Y los cantos eran cualquier cosa, con suerte en alguno muy cada tanto se mencionaba a "Dios". Yo siempre me sentí muy asombrada por la "vocación sacerdotal" que seguramente dirán que tienen los que trabajan ahí: realmente, desde mi experiencia de esos años, me parece que serían más útiles a la sociedad -y más felices, detalle no menor para Dios que nos quiere tanto ;-) - siendo trabajadores sociales, políticos, organizadores de formas civiles de resistencia al sistema, etc.
¿En qué Iglesia y en qué Cristo estarían pensando cuando eligieron el sacerdocio? En estos mensajes no se escucha mi voz, pero si me escucharan verían que no hay
ni asomo de condenación ni de juicio moral, hay un profundísimo asombro, un realmente no entender. Es como si viera que alguien se presenta a trabajar en una carnicería y se enfurece porque no se venden pinturas, entonces trata de meter tachos de Albalátex en medio de los cuadriles, y se enoja si alguien le recuerda que, por su propia voluntad, está trabajando en una carnicería, y que la gente va a comprar carne y que el dueño lo que quiere es una carnicería. Que si tiene otros deseos, es totalmente libre de poner su pinturería, pero que haga la suya con honestidad.
Y estuve una vez allí en una...en fin, ceremonia, digámosle, en la que ambos contrayentes eran divorciados civilmente, y uno de ellos había estado casado por la iglesia. Se trataba de una bendición, o algo así, pero para un lego, el ritual no se distinguía mucho de la celebración del matrimonio. Creo que a todo el mundo le quedó la impresión de que "ahora sí, por fin" la Iglesia acepta que los divorciados se vuelvan a casar por la Iglesia. Acá agregué a mi perplejidad -una vez más, pero me pasa mucho- el porqué de que dos personas que mayormente no le dan ni cinco de pelota ni al Evangelio ni a la Iglesia, quieran celebrar algo de lo que los une en esa Iglesia que les es perfectamente indiferente, cuando no la detestan (ah, cierto, detestan a la "Iglesia institución" pero con Cristo está todo bien...)
Recuerdo por otro lado, con qué asombro, en mi adolescencia y cuando recién estaba asomándome a la Iglesia, escuché decir a un seminarista y a un cura, en distintos momentos, que si el obispo no los destinaba a una villa, largaban todo...largaron, y diría gracias a Dios, porque hicieron otros proyectos, se dedicaron a otras cosas (lo de los pobres sigue esperando, para mi asombro adolescente que pensaba "Claro, ahora libres de la tiranía y el autoritarismo episcopal, se van a poder ir a vivir a la villa como están deseando hace tiempo")y no se los vio más amargados y protestando contra la Iglesia "institucional"; qué pérdida de tiempo y de energías propias y ajenas estar en un lugar creyendo que es otro lugar...

Un abrazo en Jesús.

Anónimo dijo...

Hola Eduardo,

Pasé por aquí para saludarte. Me extraña todo este tiempo sin saber de vos. ¿Estás bien?

Saludos!

Anónimo dijo...

Estoy gratamente impresionado por tu blog. La verdad es que muy interesante echar a un lado ciertos prejuicios -sí, contra los curas-.

En cuanto a los post me gustaron lo relacionados con la poesía y la música -morí al imaginarme a un sacerdote escuchando a Robbie o a Gwen-. Los otros -este entre otros-, francamente me dejan frío. Pero igual, todo bien.

Anónimo dijo...

Hola edu!!! Queria dejarte un mensaje quise un monton de veces, pero nunca le encontre la vuelta ahora que entendi mas o menos te mando un besote enorme!!!

TU hermana preferida.. no mentira jaja..

Cotton

Cristian dijo...

Eduardo:
Tengo por ahí una biografía de San Pablo de la Cruz... oye... te quedó bueno el cambio. Bendiciones hermano.

Andrelena dijo...

Eeeduaaardoooooo...????

A ver si nos pasás más ideas! hacés falta, muchacho!

Saludos!