martes, febrero 20, 2007

Me contaban que esta persona había vivido entre ausencias y dolores. Con ayuda de varios, sin embargo, logró salir adelante. Se enamoró. Y se casó.

El día de su casamiento, mirando a su novia, uno de sus amigos le preguntó:

- Contentísimo, ¿no?
- Sí, feliz.
- Claro, porque te casás.
- No. Estoy feliz porque ella existe.

Alegrarse simplemente porque el otro existe, antes de cualquier don, de cualquier beneficio o gratificación que eso nos pueda dar... cuando amamos, de distintos modos le decimos al otro "qué bueno que existís".

4 comentarios:

Cristian dijo...

Eduardo.
Que claro y profundo lo que escribes, ver al otro como un don... Bendiciones.

Cuni dijo...

Yo una vez se lo dije a una pareja que tuve y se rió tanto que me hizo sonrojar!

Ulschmidt dijo...

ah, si... es como el máximo de amor que sentir se puede. (no es fácil de alcanzar)

Espirtual Fighter dijo...

Muy hermoso, verdad.