jueves, agosto 03, 2006

En una misma línea...

... les dejo este texto de un libro muy interesante que estoy re-leyendo:

No puedes amar a otro si no estás empeñado al mismo itempo en la obra espiritual, hermosa pero difícil, de aprender a amarte a ti mismo. Cada uno de nosotros tiene al nivel del alma un manantial enriquecedor de amor. En otras palabras, no necesitas buscar fuera de ti el significado del amor. Esto no es egoísmo ni narcicismo, obsesiones negativas sobre la necesidad de ser amado. Por el contrario, es el manantial del amor en el corazón. Por su necesidad de amor, las personas que llevan una vida solitaria suelen tropezar con este gran manantial interior. Aprender a despertar con sus murmullos la profunda fuente interior de amor. No se trata de obligarte a amarte a ti mismo, sino de ser reservado, de incitar a ese manantial de amor que constituye tu naturaleza más profunda a surcar toda tu vida. Cuando esto sucede, la tierra endurecida de tu interior vuelve a ablandarse. La falta de amor lo endurece todo. No hay mayor soledad en el mundo que la del que se ha vuelto duro o frío. El resentimiento y la frialdad son la derrota final.

Si descubres que te has endurecido, uno de los dones que debes otorgarte es el del manantial interior. Incita a esta fuente interior a que se libere. Remueve el sarro dentro de ti a fin de que poco a poco, en una bella ósmosis esas aguas nutricies penetren e inunden la arcilla endurecida de tu corazón. Donde antes había tierra dura, yerma, impermeable, muerta, ahora hay crecimiento, color, nutrición y vida que fluyen del hermoso manantial del amor. Ésta es una de las formas más fecundas de transfigurar la negatividad que hay en nosotros.

Se te envía aquí a aprender a amar y recibir amor. El mayor don que el nuevo amor trae a tu vida es el despertar del amor oculto en tu interior. Te vuelve independiente. Ahora puedes acercarte al otro, no por necesidad ni con el aparato agotador de la proyección, sino por auténtica intimidad, afinidad y comunión. Es una liberación. El amor debería liberarte. Te liberas de esa necesidad ávida y abrasadora que te impulsa continuamente a buscar afirmación, respeto y significación en cosas y personas fuera de ti. Ser santo es hallar la propia patria, poder descansar en esa casa de comunión y arraigo que llamamos alma.

John O’Donohue, Anam Cara, pp. 44-45, Eds. Planeta.

4 comentarios:

Jose Menchon dijo...

Casualmente (y la casualidad para los cristianos no existe...) he descubierto tu blog. FELICIDADES. Espero que tu ya proxima ordenacion sacerdotal te llene de la gracia suficiente para ser fiel al Evangelio con amorosa radicalidad. Te invito a visitar mi Blog. Rezaré por ti (y te visitare amenudo). Saludos.

Anónimo dijo...

Edu....como va??
Sabes q me siento muy identificado con vos porque ambos necesitamos del amor.
Coincido mucho con vos cuandod ecis "La falta de amor lo endurece todo".
Bueno vos sabes porque aunque muchos detalles no te dé.
Doy gracias por haberte conocido jeje...y aocrdate que en octubre copamos todos la catedral

jeje suerte eduu
facuu

Antigona dijo...

Gracias por tu comentario Eduardo. Me encanta que la gente fomente el amor, despues de todas las controversias que existen en el mundo.
Saludos!

verde oscuridad dijo...

Leí algunos de tus últimos post que me gustaron mucho, incluso me permití recomendarte a una amiga para que te lea. Gracias por la visita. Seguiré pasando para, de a poco, ir leyendo escritos anteriores.