sábado, diciembre 30, 2006

Leyendo a Alejandra Pizarnik

La noche me sorprende re-leyendo a Alejandra... la conocí en uno de mis viajes a la Biblioteca de San Isidro (la conocí de verdad, la tenía nombrada hace rato). ¡Uffff! Leerla es un viaje intenso, desgarrador. Alejandra te duele. Pero es uno de esos dolores que uno quiere tener dentro de sí, como quien guarda con orgullo una cicatriz porque es recuerdo de amor, aunque amor dolido. La recomiendo ampliamente.

LA NOCHE

Poco sé de la noche

pero la noche parece saber de mí,

y más aún, me asiste como si me quisiera,

me cubre la conciencia con sus estrellas.

Tal vez la noche sea la vida y el sol la muerte.

Tal vez la noche es nada

y las conjeturas sobre ella nada

y los seres que la viven nada.

Tal vez las palabras sean lo único que existe

en el enorme vacío de los siglos

que nos arañan el alma con sus recuerdos.

Pero la noche ha de conocer la miseria

que bebe de nuestra sangre y de nuestras ideas.

Ella ha de arrojar odio a nuestras miradas

Sabiéndolas llenas de intereses, de desencuentros.

Pero sucede que oigo a la noche llorar en mis huesos.

Su lágrima inmensa delira

y grita que algo se fue para siempre.

Alguna vez volveremos a ser.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡Uyyyyyy, increíble!!!!!! Vos también fanático de Ale Pizarnik como tantos y tantas y como yo! Me alegra mucho saber que te gusta. Además de mencionarla permanentemente en mis blogs que ya conocés, he abierto un blog sólo para ella y el análisis posterior que haré de su obra. Es algo que tengo pendiente y lo subiré al blog ni bien tenga tiempo.
Está en: http://alejandrapizarnik.wordpress.com
Aunque por ahora es nuevito, está recién inaugurado.
Besos y FELIZ 2007 !!!!!

Juan Ignacio dijo...

donde andara su condesa sanguinolienta?jajaja abrazo

Laura dijo...

Hermosa la figura retórica que utilizás para expresar cómo sentís a Alejandra Pizarnik. Por mi parte, te digo que la cicatriz aún no la tengo, porque la herida me sangra. Ella, Alejandra, es más que un autor para mí. Ella con su dolor logró salvarme en una etapa de mi vida. Hoy, me gusta pensar que es una compañera de viaje.

Gracias por tu visita a mi blog. A cabo de estrenar otro: http://ofelia-muerta.blogspot.com/
por si deseas visitarlo.

Un abrazo,

La Maga

Anónimo dijo...

Ya ves... si yo encontrara en mi país un sacerdote que leyera a Pizarnik, de seguro no andaría tan mal mi fe por la Iglesia Católica. 5 años en Colegio de Monjas más quién sabe cuántas regañas en confesionarios, me provocaron huir de la Iglesia. Bueno, a veces voy, pero no a misa. Rezo, muy sui generis pero de corazón, enciendo una velita (desde chica adoro encender velitas) y me marcho.

¿Por qué sucederá esto en la Iglesia?

Saludos!

L.

P.D. Prometo volver.