A veces nos perdemos.
A veces nos quedamos ciegos a nuestra propia luz, y tampoco podemos tantear el hilo que nos conduce a la salida.
A veces desesperamos.
Pero por suerte, o porque la esperanza nos conoce, ella no sólo anida en nuestro corazón. También se reserva espacios en los amigos, en los compañeros. Y cuando no podemos encontrarla dentro nuestro, nos saluda desde un corazón hermano.
Será que en algunos momentos, cuando todo parece ser silencio y vacío, uno tiene que vivir de la canción de otros. Hasta que volvamos a aprender la melodía. O al menos, a tararear el estribillo.
4 comentarios:
Dice la cancion.. "que soy yo el alcanzado"... en esos momentos de lso que hablas, cuando todo es negro, es cuando se ve la presencia de Dios, porque el se las ingenia para ir sacandonos de a poco, cono los instrumentos que tiene a mano... eso si, hay que dejarse, no?
redemption songs... amigos que nos salvan... Presencias
gracias amigo
Es hermosa tu descripción de como podemos encontrar en aquellos que nos quieren la chispa que enciende nuevamente nuestro fuego interior cuando quedó estropeado por algún temporal. Hace no tanto pasé por momentos muy difíciles, y fue justamente el amor que no espera retribución expresado de mil maneras lo que me permitió encontrar nuevamente "la canción", como tan acertadamente la nombrás.
Bueno, yo solo opino que la esperanza dentro de mi es como un cristal que un dia fue muy hermoso, pero que ahora esta roto. Cuando duermo o suspiro siento como sus pedazos se clavan en mis costados profundamente y me hacen daño, como me esta matando muy lentamente...
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