sábado, diciembre 30, 2006

Aprender la ternura

¿En qué momento de la vida nos olvidamos de la ternura? ¿Por qué será que tantas veces entramos al santuario del otro con tanto descuido?

Y lo curioso es que los heridos son antes que nada los cercanos, los más vulnerables de todos.

Quizás sea porque la ternura hoy necesita ser aprendida, como un idioma difícil pero necesario, como un compromiso ineludible con tanta gente herida...

7 comentarios:

Alejandro Bertolini dijo...

Bueno lo tuyo. Diría más bien que para lograr tal cosa, en cristiano, que hay que convertirse a la ternura. O mejor, dejarse ganar por la Ternura con mayúsculas.

Es que esa veneración por el otro en su fragilidad pide demasiada entrega, demasiado silencio, demasiado "no yo" para volcarse de lleno en su pobreza. Tu "tan humano, sólo Dios" me dice que hay un punto en que la debilidad del otro es más fuerte que mi voluntad de entrega, y ahí se hace añicos, "caduca" esa veneración visceral y espontánea.
Sólo ahí, Ternura mediante, empezamos a decidirla reciamente. Como si de pronto esa Ternura se personificara y nos dijera: -" dejalo todo y seguime". Dejá tus argumentos en contra de..., tu ensimismamiento, tu lógica de dominio, hasta tu "sentido común". Ahí comienza entonces la transformación verdadera.

Paloma dijo...

Será porque que de tanto estar a mil perdemos de vista que el corazón, la razón y los sentimientos del otro constituyen su santuario y son lugar sagrado donde anidan Dios y la propia historia... y será... además, que algunos nacen tiernos y otros deben "aprender a ser" tiernos, para el propio bien y el del resto. Para mi, la ternura es como un regalo, una virtud, siempre concedida, de modo natural (como esencia) o después de varias muertes y resurrecciones.
Un beso grande Eduardo.

Selfish Fish dijo...

Hola :)
En mi estación de trenes hay un grafi q dice 'dónde esconde la gente la ternura?' Lindo lugar para dejar una pregunta así,no?

Alex dijo...

Es verdad. Muchas veces lo obvio no es evidente.
Gracias por llamarme la atención.

ilsebe dijo...

Hace rato que no pasaba por aquí. Me gusta darme una vuelta, porque siempre encuentro alguna perlita para enhebrar en mi collar.

Creo que perdemos la ternura cuando perdemos la esperanza. Es ahí cuando se nos arruga el corazón. Pero por suerte, si mantenemos el oído atento, podemos reaprenderla comenzando con el "estribillo", como bien decías en un post anterior.

eva dijo...

La ternura misma tambien necesita de la ternura para seguir dándose. Es muy dificil dar ternura cuando del otro lado solo hay maltrato, creo que hay momentos para cada cosa y que por ejemplo hay que defender lo que es defendible, odiar lo que es odiable, etc, lo dificil es poner cada uno de esos sentimientos donde corresponde ponerlos. es muy dificil por sierto...

laura dijo...

Coincido con vos... Lamentablemente hemos delegado a un segundo lugar la ternura; sin embargo, ella está allí, dispuesta a aflorar. No perdamos lo hermoso de esta vida.

Lindo post.

Un saludo,

la niña de seda