Como hace muy poco me mudé a mi flamante parroquia (estuvimos de obra), estos días me tuvieron ocupado en el desempaque y organización de mi biblioteca, oportunidad excelente para leer párrafos amados y encontrarse con viejos amigos. Cuando terminé de leer mi post sobre la Trinidad, me di cuenta que en un momento había escrito que los Tres están "enamorados de lo que han creado". Esa expresión tan linda no es mía, sino de Sta. Catalina de Siena (le debo un post desde el 29 de abril que ya está viniendo). Y la saqué de esta parte de su opera magna, que es "El Diálogo":
¡Oh Padre eterno, fuego y abismo de caridad; eterna belleza, sabiduría eterna, bondad eterna, clemencia, esperanza y refugio de los pecadores; generosidad inestimable, eterno e infinito bien; amor loco! ¿Es que necesitas de la criatura? Eso me parece, puesto que obras como si no pudieras vivir sin ella, siendo así que tú eras la causa de su vida, pues la vida de todas las cosas depende de ti y sin ti nadie vive. ¿Cómo has enloquecido de este modo? Porque te has enamorado de lo que has creado, te has complacido y alegrado por causa de ella. Como embriagado andas buscando su salvación, cuando ella te huye. Tú las vas cercando; ella se aleja y tú te acercas a ella. No podías acercarte más que tomando su humanidad.
¿Y qué diré? Haré como un balbuciente: Diré "A, a, a", porque no sé qué otra cosa decir, pues la lengua finita no puede expresar el afecto del alma que infinitamente te desea.
¡Oh Padre eterno, fuego y abismo de caridad; eterna belleza, sabiduría eterna, bondad eterna, clemencia, esperanza y refugio de los pecadores; generosidad inestimable, eterno e infinito bien; amor loco! ¿Es que necesitas de la criatura? Eso me parece, puesto que obras como si no pudieras vivir sin ella, siendo así que tú eras la causa de su vida, pues la vida de todas las cosas depende de ti y sin ti nadie vive. ¿Cómo has enloquecido de este modo? Porque te has enamorado de lo que has creado, te has complacido y alegrado por causa de ella. Como embriagado andas buscando su salvación, cuando ella te huye. Tú las vas cercando; ella se aleja y tú te acercas a ella. No podías acercarte más que tomando su humanidad.
¿Y qué diré? Haré como un balbuciente: Diré "A, a, a", porque no sé qué otra cosa decir, pues la lengua finita no puede expresar el afecto del alma que infinitamente te desea.
El Diálogo, n. 153.
1 comentario:
El texto de Sta. Catalina de Siena es una joya que no conocía. Saludos.
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