miércoles, junio 14, 2006

Sobre los ritos

Hace un tiempo leí una frase que me gustó mucho (si mal no me acuerdo era de un psicólogo llamado Schellenbaum): "la cabeza siempre pide algo distinto, pero el corazón siempre quiere lo mismo". Hoy por momentos pareciera que estamos entonces viviendo más desde la cabeza que del corazón, y quizás por eso, en parte, hay tanto vacío emocional... ¿no hay demasiada gente ya buscando aferrar el agua con las manos, buscando saciarse en cisternas agrietadas, como decía Jeremías?

Lo interesante es que esta frase estaba en un libro sobre los ritos (no sólo los ritos religiosos, sino los ritos en general). El rito responde a esta necesidad profunda del corazón humano. Su valor consiste justamente en su repetición. Attenti, sin embargo, porque la repetición no es mecánica, sino consciente y natural, es decir, hecha como algo que brota de lo profundo de tal modo que parece ser casi espontáneo. Por paradójico que suene, esta naturalidad no se obtiene en la mayoría de las veces sino con un cierto esfuerzo y dedicación, como cuando vemos a un pianista desplegarse sobre el piano y parece que tocara esa misma pieza desde que nació, sin poder intuir el trabajo detrás de esa ejecución.

Es sumamente sanador descubrir esos ritos como espacios donde recobramos sentido, donde la realidad gana en densidad, donde nos abrimos a una comprensión y una experiencia más profunda de nosotros mismos, de nuestra historia, de los demás y también de Dios. Y es justamente su repetición la que hace que uno entre progresivamente en su riqueza y en el propio hondón.

Habrá ritos más cotidianos y otros reservados a los momentos nucleares de la vida, pero aún estos últimos necesitan algún tipo de actualización o recordatorio para que no los olvidemos, para que sigamos abrevando en la riqueza que nos regalan.

Un par de textos que recomiendo para profundizar en este tema son El gozo de vivir. Rituales que sanan, de Anselm Grün, y releer el diálogo con el zorro del Principito de Saint-Exupéry.

3 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

Ya me guardé esa gran frase y la aplicación que has hecho de la misma.

A veces sucede algo más complejo. Cosas de la cabeza creemos que son del corazón. Si les diéramos tiempo, y vieramos como cambian, veríamos que no habían sido del corazón.

Saludos.

Claudia Landini dijo...

Il faut etre très patient, repondit le renard. Tu t'assoiras d'abord un peu loinde moi, comme ca, dans l'herbe. Je te regarderai du coin de l'oeil et tu nediras rien.Le langage est source de malentendus. Mais,chaque jour tu pourrast'assoire un peut plus près...

A vos te gusta hacernos leer en inglés...

edumangia dijo...

Juan Ignacio: Totalmente de acuerdo. Creo que, de hecho, muchas veces la cuestión pasa porque no le damos tiempo a estas cosas de la cabeza para que se disipen. Los ritmos del corazón suelen ser lentos... aunque hay explosiones, creo que no suelen ser espontáneas, hay un largo proceso que las prepara.