jueves, mayo 12, 2011

La hora de la luz

A veces pienso que estoy en este mundo sólo para un instante. Para dar la palabra precisa, el gesto necesario, el amor indispensable en un momento que toque (o roce apenas) una vida y permita que la música del universo continúe. El truco es que yo no sé cuál es ese instante. Si puedo vivir cada uno de ellos con la certeza de que en alguno está la oportunidad de tener ese chispazo de gloria... entonces hasta el segundo más insignificante se vuelve la promesa de algo grande.

2 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

No sé si existimos para un instante pero sí que un sólo instante puede darnos la sensación de que valió la pena toda nuestra vida; y también un instante puede redimir toda una vida.

De todos modos persiste el desafío. Buscar ese instante y así vivir bien todos los instantes.

Muy bueno. Saludos.

Cris M dijo...

Hola Eduardo,
Qué lindo esto que decis, que importante tener bien presente que cualquiera de nuestros gestos o acciones pueden representar "todo" para otro. No saber cuando será le da una magia única, porque no sólo será lo inesperado pero necesario para ese otro, sino también para nosotros.
Un abrazo,
Cris M