Ponerse al servicio del otro es la aplicación más concreta y contundente del mensaje de cruz y abajamiento que Jesús viene anunciando estos últimos días. Disipa cualquier afectación, imaginación vana o dolorismo que podría hacernos perder de vista lo esencial del misterio de la cruz: la entrega por amor, el poner al otro en el centro.
El servicio es vivir en el día a día el camino de amor humilde y desarmado de Jesús. Tener al hermano como objeto de nuestro amor, tener el bienestar del otro como horizonte permanente. Es lo que Jesús sigue haciendo hoy: se pone a nuestro servicio, se entrega por amor, para que nosotros podamos hacer lo mismo por los demás.
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