Enseñame esa ternura tuya
que se toma el tiempo de romper cadenas con caricias
el don de la palabra que despierta y cura
el abrazo que sostiene sin retener
la risa hecha de alegría, sin rastro de burla
la compasión de los gestos escondidos
discreción que se oculta hasta del propio corazón
y permanece guardada en un recodo del amor del Padre
esa ternura que necesito tanto
para entrar en el silencio
sin prisa ni tropiezos
para recibir al otro
como lo harías vos
¿será así todo
en el corazón del misterio?
una ternura firme, un amor tan apasionado como suave
un arroyo de seda cálida
el abrazo del fuego que no hiere ni consume
pero hace arder...
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