Los sacerdotes, por una vieja costumbre (¿alguien sabe cuándo empezó esto?), eligen una frase que sintetice su deseo profundo para el ministerio que están a punto de empezar (también suelen hacerlo los religiosos y veo que cada vez más lo hacen unos cuantos matrimonios). La mayoría la toman de la Escritura, o de la liturgia, aunque no es obligatorio. Yo quería que fuera "En el Espíritu de Jesús", ¡pero no aparece esta expresión (completa, con el "en", que es importante, como se verá) en ninguna parte del Nuevo Testamento!
Buscando más, sí encontré varios "En el Espíritu Santo". Y tomé el que más me gustaba, del Evangelio de Lucas (Lc 10, 21), cuando Jesús, tras escuchar a los discípulos que le cuentan de la alegría de la misión, se llena él mismo de gozo "en el Espíritu Santo" y alaba al Padre. Es un texto genial: está Jesús, está el Padre, está la comunidad... y el Espíritu, uniéndolos a todos. En él, como atmósfera vital, el amor encuentra su cauce y la posibilidad de realizarse.
El Espíritu, el fuego de Dios que enciende los corazones y consumió a Jesús haciendo de su vida una ofrenda permanente. El viento que lo impulsó y le inspiró las palabras y los gestos sanadores, vencedores del mal y de la muerte. El agua viva que brotó de su corazón abierto para que todos nosotros fuéramos renovados y nos convirtiéramos en manantial que no cesa, como él.
Así quisiera vivir el ministerio. En ese Espíritu,viento, fuego, agua torrencial... amor que une y envía, que transforma. Acercarse a Jesús es aproximarse a ese fuego, que Dios mediante bajará sobre mis compañeros y sobre mí el viernes que viene. Desde acá me encomiendo a la oración de todos. ¡Y dejo la invitación para la ordenación y la primera misa!
P.D.: Con respecto al súper interesante diálogo que se estableció en el post anterior, prometo intervenir. Ocurre que el nivel de los interlocutores, en este tiempo de tanto movimiento interno y externo, me obliga a esperar hasta que baje un poco la polvareda y pueda hacer mi aporte como corresponde. Que al fin y al cabo uno está de anfitrión y no puede andar en pantuflas y pijama, ni ofrecer cualquier cosa, qué caramba.
12 comentarios:
Buenassss...una constatación y un deseo, disparado por lo de "anfitrión": doy fe, y es un rasgo de Jesús en él, de la hospitalidad de Eduardo. Nos encontramos a compartir allá por julio y es un muy buen anfitrión, en su casa, en su corazón. Nos veremos en la primera misa, un abrazo en El
Pero, ¿cuál es cual? ¿Qué es entonces "Vivan en la acción de gracias" (del cual ya hablaste en otro post)?
Oraciones por aquí, oraciones por allá.
Bendiciones, Eduardo! Mucha suerte en este momento tan especial,
Besos!
Te aseguro que tenés acá a una familia rezando por vos. Para que seas serio en tu propósito, para que no seas mediocre, para que te juegues en serio, para que seas un cura con cojones; o sea: para que seas santo.
Un abrazo en Cristo.
...para que seas un sacerdote lleno de misericordia, honesto, sensible... que cuando la gente te vea a los ojos se encuentre con los del Amado Jesús...Toda la bendición del Padre sobre tu vida, es mi oración por vos en este día inolvidable!
Una caminante del Precioso Camino.
Después me contás cómo te sentiste?
Gracias!
Eduardo:
Justo di con el post la noche del jueves... o sea... mañana te ordenas... ¿saqué bien la cuenta? Eso espero. De seguro la noche anterior fue intensa, con la cabeza en muchas cosas, personas, situaciones, sueños, etc, etc, etc... así fue mi noche anterior a la ordenación. Mi lema es "Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza (Jr. 17, 7). Cuando leas esto, ya serás sacerdote para siempre, incluso en la eternidad. Mándame tu bendición. Nos leemos. Bendiciones.
Eduardo:
Doy recien hoy Viernes (ya ordenado supongo) con tu blog. Dios quiera seas un santo sacerdote. Querido hermano, en estos momentos seguramente estarás celebrando la alegria de ser un escogido por Dios. Comparto contigo el nombre (igual soy Eduardo) y además la vocacion hermosa al sacerdocio. Un abrazo...aunque no te conozca...bien fuerte dándote gracias por tu respuesta generosa a tan noble llamado.
Atte. Eduardo Sandoval
Seminarista de Chillán - Chile
Para estas horas, ya estarás ordenado. ¡Enhorabuena!
Prometo pedir por ti en la primera misa de comunidad a la que asista. Te incluiré en mis oraciones y hará que 'mis' jesuitas te acompañen en ellas.
¡Por una vida larga y fructífera como servidor de Dios en cada uno de nuestros hermanos!
Ya debe haberse ordenado Ud. así que sólo me resta felicitarlo. Esta clara la intensidad de su vocación, eso que simbólicamente en tus escritos llamas "fuego" y que transmite mucha fuerza.
¡Llegué tarde! Hace varios días que no pasaba...
¡Felicitaciones! y, por supuesto, mi oración unida a tu agradecimiento y pidiendo tu fidelidad de cada día.
¡Un abrazo!
Felicitaciones, padre Eduardo! Qué emoción poder llamarte así!
Espero poder ir hoy a tu Misa.
Rezo por vos muy especialmente, para que seas santo.
Un abrazo en Cristo y María.
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