martes, marzo 01, 2011

Vivir desde el centro del alma

Para Agus, que quiere existir desde el corazón

Hace poco una amiga artista me regaló un mandala dibujado por ella misma. Los mandalas son un tipo de símbolo que aparecen especialmente en las tradiciones hinduistas y budistas pero también se manifiestan en otras religiones y culturas (Jung los utilizaba mucho como una herramienta para la integración personal). Son  una ayuda para centrarse en la meditación, en el viaje espiritual al propio centro, del cual el mandala es un símbolo y a la vez un impulso en dirección al mismo.


Buscar el propio centro es la inquietud de todo ser humano. Hallar ese lugar desde donde todo se anuda, donde finalmente podemos hacer síntesis. Tarea nada fácil en este tiempo donde muchos prefieren vivir ausentes a sí mismos, donde hay tanto miedo a lo profundo del corazón. Pero vale la pena. No se trata de una excursión esóterica para unos pocos. Sino de vivir a fondo, pero no desde una angustiosa ansiedad , sino desde nuestro fondo más profundo, desde el lugar de la libertad que pervive en cada uno de nosotros y nos espera en todo momento. Ese espacio que todo mandala recrea y nos invita a descubrir como nuestro hogar verdadero, nuestra raíz, nuestro rostro original.

4 comentarios:

Moira dijo...

Buenisimo Edu !!!!

Joan Josep Tamburini dijo...

Al ver los mandalas, siempre recuerdo el rosetón de muchas iglesias. Esa vidriera circular, que en la tradición cisterciense, no ha de tener imágenes, sino figuas geométricas y combinación de colores. Un abrazo: Joan Josep

Quovadis dijo...

Muy bueno. He visto muchos mandalas pero no tenia ni idea lo que podian significar. Ahora gracias a tu explicacion lo entiendo y comparto. Gracias.

Mery dijo...

Vivir desde el centro es estar presentes en cada decisión que tomamos, en cada paso que damos, en cada cosa que hacemos. Implica ser responsables por la propia vida, implica estar lúcidos y despiertos. Y claro, eso cuesta, es difícil, y parece que lo difícil no está muy de moda, ¿no? Es más fácil vivir por inercia y dejarse llevar. Pero sólo viviendo desde nuestro centro podemos ser plenamente libres.

Gracias por hacernos pensar.