Estoy pensando que alguna vez le daré a alguien para que haga su acción de gracias post-confesión este soneto de Bernárdez... piénsenlo como si Jesús se los dijera.
Aquel entendimiento que callaba
tiene toda la voz que no tenía,
y aquella voluntad que estaba fría
tiene todo el calor que le faltaba.
Aquel entendimiento que ignoraba
tiene la ciencia de que carecía,
y aquella voluntad que no quería
tiene el deseo que necesitaba.
tiene la ciencia de que carecía,
y aquella voluntad que no quería
tiene el deseo que necesitaba.
Porque para que el uno se levante
del sueño en que vivía sumergido
es suficiente con que yo te cante.
del sueño en que vivía sumergido
es suficiente con que yo te cante.
Porque para que aquella no se muera
de la muerte que hubiera padecido
es suficiente con que yo te quiera.
de la muerte que hubiera padecido
es suficiente con que yo te quiera.
4 comentarios:
Es bellísimo!
"es suficiente con que yo te quiera"
Yo me quedo con este, imaginando que Jesús me lo dice; y todo lo demás se hace "nada".
Gracias por tu luz.
Estimado P. Eduardo:
Lo suyo es contraproducente. Si le tocan pecadores con un mìnimo de sensibilidad poètica, comenzaràn a pecar màs para que Ud. les dè este tipo de poemas màs seguido. ;)
¡¡Qué lindo, Edu!! Tanto que quizá tenga razón Milkus... Pero más linda que el soneto es la misericordia de Dios...
Es como la frase que repite el nuncio del kerygma del TBA: "¡sólo el amor salvará al mundo!"
Abrazo,
¿El que toca el bandoneón?
A propósito, estimo tomó la frase de Don Orione, que dijo: "Solo la caridad salvará al mundo".
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