martes, octubre 05, 2010

Camino hacia la Pascua dando gracias

Hace un par de años leí un librito espectacular del Cardenal Vanhoye "Tanto amó Dios al mundo. Lectio sobre el sacrificio de Cristo". Altamente recomendable para entender bien la noción de sacrificio desde una perspectiva bíblica y cristológica.
Dentro de  ese librito, destaca una joyita: un capítulo sobre el sacrificio como acción de gracias, donde describe la particularidad del agradecimiento de Jesús, que agradece no por recibir sino por la posibilidad de dar algo (en este caso en particular, a sí mismo) y que agradece no después que algo ocurra sino antes (de manera similar a cuando está por resucitar a Lázaro). 

El agradecimiento anticipa la realidad, es un paso de confianza sostenido por la certeza de la providencia y el amor bondadoso del Padre. Me ha hecho vivir de otra manera de la eucaristía. Ahora cuando llega el momento de la consagración muchas veces pienso en aquellas cosas de mi vida que están en tensión, sin resolverse: conflictos cuya resolución no asoma, preguntas e incertidumbres, dolores que siguen sanándose (propios y ajenos)... trato de que todo eso entre allí, en ese momento misterioso y sagrado donde la acción de gracias de Cristo toma todo lo que soy y vivo y lo deposita con amor y suavidad en las manos del Padre. Y eso me ayuda a confiar en que, de alguna manera, la Providencia de Dios va a actuar y transformar esa realidad que por ahora es simplemente un grito abierto a la intervención del Señor. 

4 comentarios:

tarihiatzi dijo...

"La Providencia de Dios...." gracias, éste texto no tiene desperdicio y lo leo en un momento muy importante, no podía ser de otra manera..."la Providencia de Dios...."
Gracias

Unknown dijo...

Agradecer la vida, antes de morir,
es caminar hacia la pascua

Ahora que vuelvo a visitarte me doy cuenta de que echaba de menos el haber descubierto tu blog. A ver si vuelvo más frecuentemente

En el Amigo
al + mc

Ana Belén dijo...

Hola Eduardo,
me ha venido muy bien leerte. Parece como si lo hubieras escrito para mí.
Podemos tener la seguridad de que el Señor siempre escucha los gritos de nuestro corazón y no le son indiferentes.
Podemos estar agradecidos, incluso en medio de la tribulación, porque sabemos que Jesús nos ayudará a salir fortalecidos y a aprender de lo ocurrido. Él hace nuevas todas las cosas (y siempre para nuestro bien). Nunca nos vamos a decepcionar de haberlo puesto todo en sus manos.

Un saludo!

Anónimo dijo...

Gracias por su compartir tan profundo ayuda mucho, lo importante es estar abandonado en la mano del padre un saludo en Cristo Jésús y unidos en oración