lunes, noviembre 29, 2010

¿Por dónde iréis hasta el cielo/ si por la tierra no vais?
Pedro Casaldáliga, 
Preguntas para subir y bajar el Monte Carmelo

Esta vida es la que se nos da para hacerla antesala del cielo, no hay otra.
Estas personas con las que comparto mi camino son las que me invitan a amar y dejarme amar. No hay otras.
Esta Iglesia, este país, esta realidad es en la que Dios se hará presente. No hay otra.
Este corazón mío, con sus heridas, sus dones y limitaciones, con su historia y su presente es aquel con el que soy llamado a la plenitud y la vida. No hay otro.

Qué fácil es pensar que en otro contexto, en otras alternativas o con otras personas todo sería mejor. Pero es mentira y tentación. Este camino que tengo es el que me lleva al cielo. Y para llegar, tengo que hollar en él cada vez con más fuerzas. Ir a lo profundo de mi corazón, más allá de las heridas, donde se oculta la fuerza de la vida. A lo profundo de los vínculos, más allá de las desilusiones y los choques, donde está el encuentro. Más allá de las fachadas, donde se intuye el paso de un Dios vivo y escondido, donde el amor dice su palabra última, la única que da sentido a las cosas.

2 comentarios:

Analía dijo...

Me hizo bien leer esto.
Cuántas veces uno cree que debería dar un giro completo a la vida para empezar a "vivir bien" y no se da cuenta de que todo se trata de vivir bien esta historia concreta, estas relaciones, este presente con todo lo que trae.
En esto andaba rumiando estos días...que coincidencia...

Cris M dijo...

¡Qué cierto! Permanecer es una virtud (permanecer bien entendida). Quedarse en "esta realidad" y acá, fructificar la vida propia, acá multiplicar los talentos.
Las condiciones ideales sólo existen en los experimentos controlados, que están bien lejos del día a día de nuestra vida.

Para mi también leer esto hoy es una "coincidencia", de esas que estoy segurisima que no existen.

Un gran abrazo,
Cris M