viernes, julio 23, 2010

Salir a misionar

 

Mañana salgo a misionar una vez más. Será breve, apenas una semana (dos días en San Antonio de Areco y el resto en Trenque Lauquen). ¡No puedo esperar! Cada vez que vivo una misión vuelvo a renovarme en los núcleos de mi fe: el encuentro con Jesús, el llamado a compartirlo, el vivir en la sencillez junto a otros. Son días del Reino… días de Fuego. Días para dejar por las calles, como dice un himno de la Liturgia, el rumor de las sandalias de Jesús.

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domingo, julio 18, 2010

Los ritos

Ahora que estoy a punto de sentarme a escribir, pienso antes en los ritos que rodean este momento. Es necesario tener a mano cosas que me inspiren y me predispongan mejor. Tener mi gorrito de lana verde (auténtico "thinking cap" de los últimos meses), mi taza de café caliente, la lámpara de aceite y la imagen serena de San Juan el Teólogo... algo de música de fondo... y ya estoy listo.

No debiéramos despreciar los ritos. Gente tan de carne y hueso como nosotros debiera saber que nuestro cuerpo necesita acompañar al corazón cuando se lanza a cualquier aventura, so pena de pagar un precio si lo olvidamos. Y cuando todo en cambio está en unísono, pareciera que una energía nueva brotara de nuestras manos y que ellas se prestaran con más entusiasmo a la obra que si sólo nos hubiéramos sentado a darle a las teclas.

Los ritos son importantes, ciertamente, para darnos cuenta que cada momento tiene su sacralidad, su liturgia personal que es necesario amar, cuidar y fomentar.