Dadme para mi vida
todas las vidas,
dadme todo el dolor
de todo el mundo,
yo voy a transformarlo
en esperanza
Pablo Neruda, El hombre invisible
todas las vidas,
dadme todo el dolor
de todo el mundo,
yo voy a transformarlo
en esperanza
Pablo Neruda, El hombre invisible
Hoy, más que nunca, descubro en estas palabras de Neruda algo que sólo puede aplicarse a Jesús. Es necesario ir al centro de la Pascua, al corazón ardiente del Cordero, del crucificado y resucitado para que el dolor se convierta en ofrenda, para que las puertas cerradas se conviertan en oportunidad, para que encontremos, en medio de todo, un motivo para seguir esperando, una luz que nos indique el camino.