Casi desesperanzado, acompañé a mi abuela a una librería especializada en textos en inglés y... ¡sí! Escondido entre grandes volúmenes estaba una pequeña selección de sus poemas. Si bien no traía muchos, esta edición venía con un aparato crítico interesante para entrar más profundamente en su lectura.
No sé de teoría literaria ni de la obra completa de Frost como para decir algo acertado o sintético sobre él. Sí puedo decir por qué me gusta tanto.
La poesía de Frost es sencilla, con rima, en general breve. Su mundo es rural, pero muy lejos de cualquier descripción idílica, describe de modo muy despojado el mundo campestre. Pero ese mundo le sirve como piedra de toque para reflexionar sobre la vida. Quizás por despojadas sus palabras tienen una fuerza elemental, un poder de hablar a alguna parte de nuestro corazón que no ha dejado de estar en contacto con la tierra y el agua, con la vida que brota de ellos.
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