Quizás una clave posible para recorrer el evangelio de este domingo sea a partir de la última frase de Jesús: “Ustedes son testigos de todo esto”
El testimonio es una de las maneras de Lucas de hablar de la misión. Hablar de una experiencia personal, profunda de encuentro con Jesús.
Jesús se presenta mostrando la continuidad entre su presencia de resucitado y su vida pre-pascual: "Soy yo en persona". El mismo que han conocido y amado por los caminos de Galilea. Este que tiene en sí mismo las heridas transfiguradas. No es un fantasma, es un resucitado.
A partir de la invitación de Jesús a dar testimonio, podemos pensar algunas ideas. Jesús resucitado invita a los discípulos a salir de su situación presente, y eso nos puede ayudar a reflexionar sobre la nuestra:
- Salir del encierro: quizás lo primero sea contemplar la situación de encierro. Es notable el contraste entre la cerrazón de los discípulos y la capacidad de Jesús de llegar a ellos. Él ya no está atado por los límites del miedo. Su presencia es una invitación a superar el repliegue frente al mundo característico de muchos cristianos hoy
- Encontrar el sentido a las cosas: Jesús abre la inteligencia de los discípulos y muestra que hay un plan “Era necesario…”. El testimonio que damos no es el de una fe a prueba de balas que resiste todo argumento. Es la experiencia (sufrida muchas veces) de un sentido encontrado tanteando a través de luchas y crisis, que por eso mismo es profundo, verdadero. Da capacidad de entender la propia vida y también la ajena. Somos testigos de un plan, de una historia con un hilo. No vamos hacia la nada.
- Recuperar la alegría y animarse a encarar la vida con todo: Parece demasiado bueno para ser cierto. Y sin embargo la alegría brota cuando uno experimenta este sentido y esta apertura. Hay un gozo que brota y que puede convivir con el dolor y el sufrimiento. Una alegría que brota de la esperanza, de la certeza que todo va a terminar bien y mientras tanto, Alguien nos acompaña.
Quizás el camino empiece conversando de estas cosas como lo hacen los discípulos de Emaús con la asustada comunidad de Jerusalén. Gergolet dice que Jesús resucitado se manifiesta en ese contexto, el de una conversación sobre el encuentro con Él. Tal vez tengamos que animarnos a compartir más claramente nuestra experiencia de Jesús, con menos pudor y miedo. Empezar a ser testigos “en casa” para mostrar, con la vida primero y las palabras después, nuestro testimonio a todos aquellos que se encuentran con nosotros.
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