Pensando en Tania y Andy, que se casaron este sábado...
Qué momento de gracia cuando el misterio del otro se nos revela, desbordando de luz y de gloria,cuando tomamos conciencia de la persona que está al lado nuestro.Y más cuando, del mismo modo que en el monte Tabor, percibimos que esa luz viene de lo profundo de alguien frágil, vulnerable, que camina hacia la cruz, como todos. Todos necesitamos experiencias así. Sin transfiguración no hay amor.
1 comentario:
Y sin amor no hay transfiguración del otro, no? Qué es el amor sino intuir en fe que en la imagen a veces crucificada del otro, está latente un Cristo glorioso. Se nos confía recíprocamente la tarea de parteros, de ayudar a dar a luz al glorificado en el otro. Según aquello de "el que escucha la palabra de Dios y la practica ese es mi hermano, mi hermana, mi madre".
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