
Hace un par de años un compañero de seminario me introdujo en el mundo del jazz. Así que empezaron a desfilar por el paisaje musical Ella Fitzgerald; Louis Armstrong, el gran Satchmo; Diana Krall y, entre otros más, Chet Baker, a quien desconocia por completo... y ahora, cuanto más lo escucho, más me gusta.
Suena triste y dulce a la vez, Chet. Cuando uno lee algo sobre su vida, entiende por qué. Por las dudas, no escuchen The thrill is gone si no están de ocho puntos para arriba en su estado de ánimo. Pero vale la pena. Porque el lamento es parte de la experiencia humana. Y convertirlo en canción también.

Suena triste y dulce a la vez, Chet. Cuando uno lee algo sobre su vida, entiende por qué. Por las dudas, no escuchen The thrill is gone si no están de ocho puntos para arriba en su estado de ánimo. Pero vale la pena. Porque el lamento es parte de la experiencia humana. Y convertirlo en canción también.

convertir el sufrimiento en arte! grande chet.
ResponderBorrar¿Y Charlie Parker? Buenísimo! Saludos.
ResponderBorrareduuu muchisimaa razonn con lo de The thrill is gone..
ResponderBorrarbueno nada mañaan hablamosss
abrazoo
proximamente una picada
ahh era facuuu
ResponderBorrarTe recomiendo a Ligia Piro, argentina ella, de muy muy muy hermosa voz.
ResponderBorrarVerla en vivo, con su calidez y candidez es para que el corazón se agarre fuerte de la butaca.
Hija de la Tana Rinaldi, para variar.
Llegué tarde, recomiendo el nü jazz, o sea un jazz herético (perdón, je)... bueno, la esencia del jazz es herética si vamos al caso.
ResponderBorrarSaint Germain, Klement Julienne, y el más clásico (más en la onda de lo que escuchás) Brad Mehldau, especialmente Day is Done.
Mirá, te lo doy servidito:
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